Dios quiere que nuestro corazón permanezca firme en Cristo, y no que sea un corazón vagabundo, rebelde, que termine endureciéndose a causa del pecado.
Dios quiere que nuestro corazón permanezca firme en Cristo, y no que sea un corazón vagabundo, rebelde, que termine endureciéndose a causa del pecado.